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¿Quién es la estrella?

Por Sol Arnedo
En una lógica de poder, se asume que en una relación siempre hay uno más potente que el otro. Dentro de un acuerdo comercial siempre se busca el win-win de las partes y estoy convencida que se puede lograr, aunque también reconozco que una de las mismas puede tener herramientas mas fuertes para la negociación que la otra.

¿Cómo se llevan las marcas con sus embajadores? ¿alguna de las partes mostró más interés de colaboración que la otra? Sí puede pasar… En alguna reunión con un Brand manager de un dulce me comentó que él quería trabajar con creadores que ya hubieran publicado su amor por el producto, es un dulce popular y puede suceder que alguien sea fan del mismo, pero tuve que recomendarle que de todas formas viéramos perfiles afines por su audiencia y tipo de contenido, mi mensaje a fin de cuenta era “hay que hacer una campaña de promoción con presupuesto para hablar de tu producto”.

Resulta obvio que los creadores son partners de marcas y hay acuerdos con dinero, pero también es cierto que hay marcas que reciben mucha promoción sólo enviando un regalo y creadores de un tamaño considerable lo hacen “gratis” ya que dichas marcas consideran que pagan con prestigio por la posición que tienen.

La realidad es que hay marcas más codiciadas que otras por los creadores y a su vez hay creadores más codiciados que otros por las marcas. ¿Cómo pesa esto a la hora de trabajar? Nos ha tocado ver distintas actitudes y podría entrar en una conversación algo engorrosa pero mejor los aprendizajes.

Hay armonía cuando embajador y marca están agradecidos por el trabajo en conjunto. Muchos vivimos de esta industria, el acuerdo monetario es una parte esencial pero no la única que rige la relación. Una marca por más prestigiosa que sea y dinero del contrato debe siempre cuidar su actitud con el embajador para crear una relación de cariño, aprecio genuino, escuchando al creador, valorando sus propuestas, comprendiendo situaciones que surjan, agasajarlo dentro de parámetros razonables siempre le va a pagar más que usar la estrategia de amenazas por cláusulas de un contrato firmado.

A su vez un embajador debe asumir que al elegir trabajar con una marca implica un compromiso, no se trata solo de cumplir con tareas específicas sino buscar que a la marca le vaya mejor por trabajar contigo. Hay métricas de éxito, de medición, estamos en un mundo digital con mucha información, un creador no se puede deslindar de la responsabilidad de los resultados. Nadie es único hay mucha competencia y los éxitos son cíclicos, volvemos a una reflexión anterior sobre la actitud de un creador y cómo eso puede sumar de forma considerable para su carrera y relación con anunciantes.

El consentimiento mutuo inicial de trabajo es fundamental, debe existir una conexión real entre el ADN de una marca y del embajador, el valor que le dan al acuerdo debe ser lo más parejo posible, nadie la está haciendo un favor a nadie. Con respecto al ejercicio de hard vs soft power en una relación sin duda mi consejo es apostar por el segundo

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